Ruta por el Linares. 24 de abril de 2022
No tan de acuerdo con nuestra programación, el domingo 24 de abril, un día mas tarde de lo previsto debido a las previsiones meteorológicas, hemos realizado nuestra excursión montañera por tierras riojanas y sorianas.
El cambio fue un acierto y el día ha sido espectacular.
Partimos hacia Valdeperillo, un minibús casi lleno (dos bajas de ultimísima hora) donde tras apearnos y preparar nuestras cosas, empezamos la caminata poco antes de las 10 de la mañana.
Antes de la ruta propiamente dicha, nos dimos un pequeño paseo por Valdeperillo, bonita aldea de Cornago y tras pasar por sus calles, pequeñas plazas y por las eras, nuestros pies se encaminaron por la GR que va por la margen izquierda del río, en lugar de coger la senda prevista por su derecha.
Discurrimos paralelos al río Linares, que nos acompañará toda la jornada, maravillados por la recién estrenada primavera en estos campos y árboles recién brotados.
Paramos en el punto donde deberíamos cruzar el rio caso de haber cogido la senda prevista y, menos mal, acertamos yendo por la GR dado que el caudal del río impedía cruzarlo sin mojarnos las…
El sol calentaba y llegamos hasta Villarijo, una de tantas aldeas abandonadas de la zona, y recorrimos sus callejuelas entrando en algunas casas derruidas e incluso en la iglesia, que bien parecía un almacén desordenado y ruinoso.
Proseguimos el camino disfrutando del paisaje y cruzando puentes de ensueño hasta llegar a Peñazcurna, otra aldea, donde también curioseamos sus entrañas e imaginándonos la dura vida en este lugar. A la salida, paramos a echar un breve bocado y continuamos.
La senda seguía recorriendo bonitos parajes, de vez en cuando encañonándonos, y llegamos a la última aldea de hoy, Vea, donde igualmente hay vestigios de una vida que fue pero que casi no existe. Casi, porque actualmente viven ocho personas desde hace cuatro años y que van reconstruyendo alguna casa y un par de puentes. Tuvimos una charla muy interesante con una de las moradoras quien nos explicó cómo llegaron hasta aquí, precisamente en la puerta de la vieja escuela datada de 1899.
Comimos en la parte alta, ante la insistente presencia de un par de gatos y un perro hambrientos.
Ya se había encapotado y no hacía calor, por lo que retomamos la caminata junto con nuestra anfitriona quien nos acompañó hasta el río.
Aquí, los valientes, quizá descerebrados, lo cruzaron por el puente que está en construcción. El resto, los más juguetones, hicimos uso de la tirolina que para tal efecto allí estaba. Todos pendientes con cámara en mano para inmortalizar algún chapuzón que no ocurrió.
Tras este divertido cruce proseguimos la caminata viendo alguno de los varios molinos que hubo en la zona aprovechando la fuerza del Linares.
El paisaje seguía siendo bonito, cambiante, hasta que llegamos a nuestro destino, San Pedro Manrique. Aquí visitamos la ermita encaramada en una loma para ver dónde hacen las afamadas fiestas de las hogueras de San Juan.
Y ya nos dirigimos al bar, algunos sin pasarse previamente por el bus para cambiarse, para tomarnos unas cervezas y unos espectaculares torreznos.
Con la sonrisa en la boca, seguramente que la del Soriano durará más tiempo, fuimos al bus y justo antes de arrancar empezó a llover. Hoy la suerte ha estado en todo momento de nuestra parte.
Y llegamos sin novedad a Alberite y Logroño.
Ha sido una muy bonita excursión de poco más de 19 kms. y un desnivel acumulado de 627 metros.
Nos vemos en la próxima!