Cascadas de Altuzarra. 1 de mayo de 2022

Domingo 1 de mayo, día del Trabajo y de la madre. Decidimos celebrarlo como mejor nos gusta, en el monte y con buena compañía.

Nos dimos cita en la localidad burgalesa de Santa Cruz del Valle Urbión, procedentes de varios lugares juntándonos un grupo de 33 personas y Lai.

Poco antes de las 10 de la mañana, partimos desde el área recreativa Zarcia adentrándonos en esta parte de la demanda burgalesa bajo el pico San Millán parcialmente nevado.

El camino estaba húmedo, de las recientes lluvias, lo que auguraba que las cascadas estarían de una belleza espectacular, como así fue.

Tras un pequeño rato, que nos permitió ponernos al día, aún con alguna pendiente en zona boscosa, llegamos al río. Aquí deberíamos tomar una senda paralela a él pero el fuerte caudal nos dificultaba mucho ir por allí.

Ante ello tuvimos la conocida agustinada, lo que los modernos llaman resiliencia, y se trata de buscar alternativas y soluciones a un problema montañero yendo por caminos poco convencionales. Y así fue como tuvimos que ir cuesta arriba, por una senda muy cerrada que hizo que nuestros brazos parezcan que hayamos tenido un encuentro con lobezno.

Tras algún titubeo, llegamos con éxito al río por encima de la primera cascada. Y ya desde aquí no lo dejamos remontando curso arriba.

Y así llegamos a la segunda y tercera cascadas, cruzando el rio varias veces: algunos bailando sobre las piedras y otros descalzándose, librándonos todos, menos una, de mojarnos el calzado.

El recorrido era espectacular, bonitas cascadas, hayas recién brotadas, musgos y agua, mucha agua.

Una vez superadas las cascadas y tras remontar varios metros el río, paramos a echar un bocado.

Tras reponer fuerzas, continuamos el camino cuesta arriba a través de un pinar hasta llegar a la cota máxima del día. Después de reagruparnos, empezamos a bajar por senda sombreada al principio y luego por camino alfombrado hasta llegar a nuestro destino, no sin antes saludar a un bonito lagarto de un verde fosforito que allí estaba para saludarnos.

Ha sido un bonito recorrido de unos 8’6 kms y desnivel de 471 metros, pero la historia no acaba aquí.

Una vez llegados todos al área recreativa, empezó la Peñada. No es para nada un término despectivo sino una palabra para acuñar la buena solución gastronómica como modo de finalización de una salida montañera.

Así que se montó la mesa para compartir lo que cada uno llevó y completado con un asado de viandas a la brasa. Los detalles quedan en el monte.

Gracias a los que han organizado la excursión, a los de la peñada, a los que ayudaron a cruzar el rio, a las niñas y niños que en ningún momento protestaron….a todos los que han participado porque ha sido una bonita jornada.

Nos vemos en la próxima!