Ascensión al León Dormido o castillo de Lapoblación. 6 de marzo de 2022
Nuestra primera salida montañera de marzo tuvo lugar el domingo 6, y fue de carácter familiar, ya que la distancia no superó los 7,5 km y el desnivel positivo anduvo en los 379 m.
Nos dimos cita en el punto de encuentro habitual un grupo de 19 personas: 5 niños y 14 adultos. Tras el reparto equitativo de coches nos dirigimos a Meano donde debemos recoger los bollos preñaos que previamente habíamos reservado para la ocasión, y de paso allí tomar la última decisión sobre si abortar misión al León Dormido e ir al Joar según como viéramos de agarrada la nube mientras nos aproximábamos en el trayecto de coche.
Pronto decidimos que el Joar se veía similar, por lo que decidimos seguir con nuestro plan inicial.
Ya en el pueblo se nos unen otras tres personas que habían viajado directas, entre ellas otro niño, tan imprescindible en nuestra cantera.
La ruta da comienzo en la iglesia de Lapoblación (960 m) y desde allí nos dirigimos, rodeados de hayas y de boj, en dirección oeste en ligero descenso para posteriormente adentrarnos en el bosque que nos llevará por una pista hasta desviarnos en el sendero bien marcado por el que ascendemos por la cara norte, cada vez más pegados a la roca, incluso en un paso podremos echar mano de una cadena que han colocado para evitar sustos mayores. Con la altitud que vamos cogiendo poco a poco podemos disfrutar de buenas vistas de la vecina Álava y del parque natural de Izki. Podemos divisar la cumbre principal a nuestra izquierda. Ya en la cima (1244 m) el día ha tenido a bien regalarnos unas espectaculares vistas desde esta buena atalaya. Al oeste se divisa la sierra de Toloño, al noreste la de Codés, ambas con las nubes bien agarradas. Y al sur, los amplios viñedos de la Rioja alavesa y Logroño.
Hace frío, pero no viento y ya lleva un rato que se escapa algún copo de nieve, aun así nos lanzamos a por los bollos preñaos que hacen las delicias de casi todo el grupo. Hacemos la foto de grupo en cumbre y para abajo por la cara sur con tranquilidad para no resbalarnos.
Una vez en el pueblo, los más pequeños siguen con mucha energía y juegan en el parque, mientras los adultos con otro tipo de energía decidimos visitar la chimenea del bar del pueblo.
Aquí van unas fotos.
Nos vemos en la próxima.