Salida familiar por Nalda. 11 de febrero de 2023

La ruta que hemos realizado hoy ha transcurrido por los alrededores de Nalda, siendo de gran interés, tanto paisajístico y montañero como etnográfico.

Sobre las 9:30 salimos de la plaza de Nalda un nutrido grupo de una treintena de excursionistas. La mañana estaba soleada pero fría, con hielo y escarcha en las umbrías.

Una empinada cuesta asfaltada nos conduce a un altiplano con diversos cultivos. Tomamos el conocido como Camino de los Adobes para llegar al Barranco del Moro, por el que se adentra una bonita senda que, tras pasar junto a la Peña del Fraile (o Monolito) desemboca en un cortafuegos. Visitamos el dolmen de Peña Guerra III y seguimos hacia arriba por el cortafuegos hasta el dolmen de Peña Guerra I. A partir de aquí la pendiente se suaviza e incluso iniciamos un descenso por un pinar. El recorrido atraviesa varias pistas, frecuentadas por ciclistas y, en un sube y baja continuo nos lleva hasta la cima del Rodalillo (1152 m.).

El día es claro y las vistas son espectaculares: Clavijo y el monte Laturce hacia un lado, las peñas de Viguera e Islallana hacia el otro, el valle bajo del Iregua y el valle del Ebro,… y al fondo los Pirineos nevados. Era el momento y el lugar ideal para el almuerzo.

Después de reponer fuerzas, continuamos un rato por el cordal y comenzamos el descenso por una empinada ladera que acaba en una nueva pista que cruzamos para seguir descendiendo bruscamente, atravesar una ladera con abundante vegetación y llegar a una nueva pista: el camino de Anzares. El descenso sigue siendo vertiginoso hasta una zona con cultivos de árboles frutales. Abandonamos la pista que sigue su descenso hacia Nalda para encaminarnos hacia la Nevera del Cerro de la Campana, otro de los alicientes de la excursión de hoy.

Pero como decía Super Ratón “no se vayan todavía, que aún hay más”. Nos quedaba por visitar uno de los puntos fuertes de la excursion: las cuevas de los Palomares, un conjunto rupestre formado por varios nichos o columbarios cuyo origen se pierde en los tiempos. Tras haber tenido distintos usos, el último como criadero de palomas, actualmente se encuentran muy bien acondicionados y son un atractivo turístico de Nalda.

De los Palomares volvemos a Nalda por un camino acondicionado que salva un barranco y nos devuelve a Nalda por el mismo camino asfaltado por el que hemos salido. Al llegar nos esperaba la charanga de los Quintos para amenizarnos el café, la cerveza o lo que se tercie.

Fin de una ruta muy agradecida, con muchos puntos atractivos y un gran valor montañero.

Nos vemos en la próxima!!