Excursión por Andoain. 25 de marzo de 2018

Hola montañer@, como viene siendo habitual por estas fechas, el domingo día 25 de marzo hemos realizado una ruta por el País Vasco con final en una sidrería para compartir con los compañeros los buenos momentos con sidra, chuletón y otras viandas como testigos.

En esta ocasión el autobús nos dejó en Andoain para hacer una ruta pasando por las laderas del Besabi, subimos al Adarra para terminar en la propia sidrería Mizpiradi tras unos aproximadamente 16 kilómetros de ruta y 75o metros de desnivel positivo.

El autobús salió a las 7 desde el punto habitual en Alberite y a las 7 y cuarto desde la estación de autobuses de Logroño con un total de 36 montañeros. Durante el trayecto, al igual que en días precedentes, casi el monotema fue si el pésimo pronóstico meteorológico se cumpliría para dificultarnos la ruta, una incógnita que se despejaría en cuanto llegásemos a Andoain.

Eran apenas las 9 y cuarto cuando el autobús nos dejó en dicha localidad guipuzcoana y nos estaba esperando Alberto , junto con otro compañero, que es quien nos preparó la ruta de hoy. Tras ponernos las botas, polainas y revisar las mochilas nos pusimos en camino con una sonrisa en la boca puesto que la temperatura era agradable y no caía ninguna gota. Parece que el tiempo nos va a respetar.

Atravesamos el pueblo por la vía verde y continuamos por ella un trecho hasta un punto que la abandonamos y nuestros pies al fin pisaron senda. Nos metimos en bosque y rápidamente nos dimos cuenta que el barro sería una compañía que no nos abandonará durante la ruta. Estuvimos ascendiendo en medio de grandes hayas, pinos y otros árboles que deleitaban nuestros sentidos. De vez en cuando, una parada para reagruparnos y echar un bocado, pequeño que hay que dejar hueco al chuletón, y después de algo más de una hora de caminata ya empezaron a caer las primeras gotas de fina lluvia.

Seguimos caminando con la lluvia intermitente, siempre fina y sin viento, hasta encaramar el Adarra pasando antes por restos de construcciones funerarias megalíticas. En la cuesta final, quizo aparecer la niebla que rápidamente se escapó al vernos pero el viento gélido hizo su presencia pero no nos impidió llegar a la cima que se encuentra a 819 mts. y desde aquí divisamos el mar Cantábrico. Tras las fotos de rigor, no en grupo puesto que apenas cabíamos todos, empezamos la bajada que más de uno se empeñó en hacerla casi rodando o deslizándose con el culo gracias al barro y a la húmeda hierba.

Tras las deslizante praderas, la senda siguió después en medio de un precioso hayedo con mucho barro y alguna torrentera para finalmente acabar en la sidrería. Allí estaba el bus esperándonos y tras ponernos ropa seca nos metimos rápidamente al restaurante. Ahora empezaba a caer bien de lluvia por lo que la meteo nos respetó hasta para eso.

Y ya lo de después es historia conocida: buen menú, muchos brindis, más sidra, hablar de proyectos futuros para dar paso a la exaltación de la amistad y juramento de fidelidad a la montaña.

Una estupenda jornada, sin duda.

Nos vemos en la siguiente.